El Bullying o también conocido como acoso escolar se reconoce como una forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido especialmente entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo indeterminado. Por lo general el agresor aprovecha el silencio o la indiferencia y complicidad de los compañeros de la escuela quienes pueden considerar que lo que ocurre es sólo es un juego. Lo cierto es que para la víctima lo que vivencía no es cosa de un juego, ya que emocionalmente se puede sentir invadido, triste e impotente para defenderse frente a su agresor(es); por otro lado, el agresor también puede expresar con sus actos, una falta de integración psíquica adecuada, la cual es promovida por múltiples factores.
Sin embargo, frente a éste problema es importante tener presente el sentido del suceso, saber ¿a quién va dirigido? realmente, ¿cuándo? ¿dónde? y ¿qué fue lo que ocurrió? Ya que lo que en el Bullying está en juego es el placer que el agresor siente al lastimar física y verbalmente, así como el placer (o ganancia secundaria) al que se somete el agredido, pero además ésta dinámica incluye al tercero - cómplice quien también pone en juego un goce al ser testigo y guardarse el secreto de lo que observa, así podemos ver que regularmente el Acoso Escolar es un acto de tres en donde el agredido es quien se ve más afectado.
Lo anterior nos permite observar que el que el infante, pueda hablar del problema al que es objeto no es cosa fácil, ya que el maltrato sufrido puede generar mecanismos inconscientes que le impidan reconocer su rol como victima, victimario o cómplice. Cautivamente pueden aguardar a que la ley se haga presente, lo cual resulta en ocasiones demasiado tarde, ya que en los padres. tutores o profesores también incurren actitudes inconscientes que le impiden reconocer y con ello negar que su hijo o alumno es victima de este problema.
Lo anterior nos permite observar que el que el infante, pueda hablar del problema al que es objeto no es cosa fácil, ya que el maltrato sufrido puede generar mecanismos inconscientes que le impidan reconocer su rol como victima, victimario o cómplice. Cautivamente pueden aguardar a que la ley se haga presente, lo cual resulta en ocasiones demasiado tarde, ya que en los padres. tutores o profesores también incurren actitudes inconscientes que le impiden reconocer y con ello negar que su hijo o alumno es victima de este problema.
El psicoanálisis permite esclarecer que esa agresión que se deposita en el otro, en realidad es un ataque o daño dirigido a esas partes internas que se buscan agredir en el Yo; es decir, que es el propio Yo quien está en juego y que sólo desplazado e identificado en el Yo del otro, se permite la realización de aquellas fantasías sádico - masoquistas, de las cuales sujeto no tiene en cuenta.